Rayos X en el embarazo. ¿Porqué la elección es realizar un Ultrasonido?
Las radiaciones ionizantes pueden representar un riesgo para el feto en desarrollo durante el embarazo, especialmente si se exponen a dosis altas o en etapas tempranas del embarazo. Estas radiaciones tienen suficiente energía para ionizar los átomos y moléculas de los tejidos vivos, lo que puede causar daño celular y afectar el desarrollo fetal.
El riesgo depende de varios factores, como la dosis de radiación, la etapa del embarazo en la que se expone la madre y la sensibilidad del feto a las radiaciones. Los efectos pueden incluir malformaciones congénitas, retraso del crecimiento fetal, aborto espontáneo o aumento del riesgo de desarrollar cáncer en la infancia.
Por lo tanto, se recomienda evitar las exposiciones innecesarias a radiaciones ionizantes durante el embarazo. Si es absolutamente necesario realizar un estudio de diagnóstico que involucre radiaciones ionizantes, como una radiografía dental, una tomografía computarizada o una gammagrafía, se deben tomar medidas especiales para minimizar la exposición al feto en desarrollo. Esto puede incluir el uso de protectores de plomo, la selección cuidadosa del momento del estudio y la reducción de la dosis de radiación.
Aunque el uso de radiaciones ionizantes puede ser necesario para algunos estudios médicos, es importante considerar los riesgos potenciales para el feto en desarrollo durante el embarazo y tomar medidas para minimizar la exposición a las radiaciones. Se recomienda que las mujeres embarazadas consulten con su médico antes de realizarse cualquier estudio médico que involucre radiaciones ionizantes.
Debido a esto, el ultrasonido es el estudio de elección que se realiza a una mujer embarazada porque es una técnica no invasiva y segura para el feto y la madre. A través del ultrasonido, se pueden obtener imágenes detalladas del feto en desarrollo y se pueden detectar posibles anomalías o complicaciones en el embarazo.
Además, el ultrasonido es una herramienta útil para determinar la edad gestacional del feto, la ubicación de la placenta, la cantidad de líquido amniótico y el tamaño y peso del feto. También se puede utilizar para monitorear el crecimiento y la salud del feto durante todo el embarazo.
El ultrasonido obstétrico se realiza típicamente en el segundo trimestre del embarazo, alrededor de la semana 20, pero puede realizarse en cualquier momento durante el embarazo si es necesario. Es importante destacar que el ultrasonido obstétrico debe ser realizado por personal médico altamente capacitado y experimentado en la interpretación de las imágenes, para asegurar un diagnóstico preciso y confiable.